viernes, 9 de marzo de 2012

PICASSO. LA MUJER Y LA SEDUCCIÓN CLÁSICA SALA IGLESIA DE LAS FRANCESAS











CUÁNDO: Del 13 de enero al 11 de marzo de 2012
DÓNDE:
 
SALA DE EXPOSICIONES DE LA IGLESIA DE LAS FRANCESAS
C/ Santiago, s/n
VALLADOLID

HORARIO: 
De martes a sábados de 12:00 a 14:00 y de 18:30 21:30 h.
Domingos de 12:00 
a 14:00 h.
Lunes y festivos cerrado


La Sala Municipal de Exposiciones de las Francesas presenta la exposición Picasso. La mujer y la seducción clásica con mas de 50 grabados originales del genial artista, procedentes de la la Fundación Picasso. Museo Casa Natal de Málaga.

La muestra está formada por 54 grabados, libros ilustrados y cerámicas de Pablo Ruiz Picasso, que abarcan del año 1905 a 1971, en una aproximación global a la presencia, desde la óptica del tratamiento del cuerpo y sus ideas asociadas de seducción, deseo e incluso adoración, del clasicismo en Picasso, sus transformaciones y sus refutaciones, en un diálogo con la tradición no exento de divergencias. Y de convergencias.
La figura de la mujer ha sido para Picasso, uno de los temas iconográficos más constantes. Habitante de un mundo femenino que gravitaba primero alrededor de las sus hermanas y de su madre, y de sus distintas compañeras y esposas más tarde, el artista se ha enfrentado a la imagen de la mujer, desde el lugar de quien al mismo tiempo admira e interroga al sujeto femenino.

Esta variedad de modelos femeninos se plasma en esta exposición de obras originales del artista malagueño en las que también se recogen las distintas técnicas de su obra gráfica.

Los grabados de Picasso son por su número y calidad una parte fundamental de su obra. La relación que mantuvo Picasso con el grabado fue muy intensa, pudiendo denominarse incluso de pasional, desde que realizara El zurdo en 1899, fue una técnica que meditó, trabajó y experimentó como pocos maestros en la historia del arte han hecho. Su obra gráfica da testimonio de los sentimientos e ideas del pintor. Incluso en sus últimos años de su vida la producción de obra grabada aumenta enormemente de esta época, predominando los temas eróticos, aunque presta también atención a las variantes del pintor y la modelo.
Apartados de la exposición
La exposición se divide en 9 apartados:
1. Bajo el signo de Apolo
Considerado Apolo, según los términos de la filosofía estética del siglo XIX como la personificación del equilibrio en contraposición con el desorden báquico, en esta sección encontramos cómo Picasso rinde homenaje a la serenidad originaria de los modelos grecorromanos, base también de la enseñanza artística de sus años de formación. Entre el arcaísmo del atleta, verdadero kourós helénico, que ilustra el libro de Píndaro hasta la idealización esencial a la que reduce el rostro femenino en la cerámica, aquí se sublima la disciplina lineal del joven Picasso para hacerse eterna.
2. Las Metamorfosis de Ovidio
Nos encontramos ante uno de los más elegantes, y armónicos, grupos de ilustraciones, realizadas con una clara visión de conjunto y aunadas por un predominio de la línea curva, casi laberíntica, puesta al servicio del mejor clasicismo picassiano. Se trata, además del primer título en el que Picasso participó desde el origen del proyecto, ya que hasta el momento se había limitado a seleccionar grabados ya realizados. En esta ocasión, el joven editor Albert Skira ofreció a Picasso ilustrar un libro de su elección. El resultado fueron treinta aguafuertes, plenos de tensión y de un delicado erotismo de los que ofrecemos aquí una elocuente selección. El ejercicio de virtuosismo que Picasso hace en estos grabados es tal que este título picassiano, en palabras de William S. Liebermann, es "uno de los libros más admirables de nuestro siglo".
3. Nuda veritas
La desnudez,  atributo casi  imprescindible de los modelos clásicos, comparece a través de formulaciones diversas y plurales, que aminoran omanifiestan la pulsión erótica de los sujetos representados, sea desde la voluntaria estridencia del desnudo con silla, la imagen casi para el consumo inmediato del desnudo con collar o el que en una jarra homenajea veladamente a Ingres, la placidez intimista de las mujeres que se reúnen entorno a un espejo o la apoteosis del equilibrio con la que en los años treinta combinaba clasicismo y apuntes surreales.

4. La rebelión cubista
El Cubismo, fruto del afán de investigación y de las ansias de libertad formal de Picasso y Braque, fue siempre defendido por sus creadores como una revolución estética que respondía a rígidos principios teóricos. Ese rigor formal del cubismo es el que guía al artista en las obras del momento de esplendor geométrico del Cubismo, en el que las formas se reinterpretan para la construcción de los desnudos, haciendo difícilmente reconocibles los temas clásicos para que sea la intuición del observador el que devuelva su forma a ese cuerpo disperso.
5. Ecos de Cranach
Lucas Cranach el Viejo (1472-1553) fue uno de los artistas predilectos de Picasso. Sus desnudos femeninos, de piel delicada y pálida, el aire de altanero desdén de sus modelos, la juventud arrogante y firme de sus modelos, representaban para el artista malagueño una versión especialmente seductora del arte del Renacimiento que en estos grabados, debidos a la influencia directa de Cranach, es aquí reformulado y adaptado, permitiendo, en el caso de las variaciones aplicadas a las figuras de Venus y Amor, asistir a un fascinante proceso de re-creación y libertad.
6. Atracción y deseo
La carnalidad tan frecuentemente atribuida a Picasso, que no evitó su identificación con el mito del Minotauro, es la que articula esta sección con imágenes de factura muy diversa. La cópula de la pareja con formas que son a la vez de insectos, vegetales y humanos, se erige en culminación de un ritual de seducción iniciado en la transición entre las épocas azul y rosa, cuando el sensual baile de Salomé muestra su reverso terrible en una danza bárbara, y el deseo se muestra, entre la lubricidad y la adoración, con una delicadez extrema en el abrazo mitológico de Cinecias y Mirrina.
7. Harén y gineceo
La fantasía de dominio masculino, puesta de relieve en el siglo XIX, del que parte   la   educación   sentimental   y   artística   de   Picasso   por   la   pintura orientalizante y la clasicista de inspiración grecorromana, alcanza en el tema del harén y del gineceo su expresión máxima. Así, ambos asuntos se plasman en la obra de Picasso en escenas en que la mujer se muestra en un entorno cerrado, propicio por igual a las confidencias y al silencio. Esa quietud protectora y sensorial es la que se manifiesta en su interpretación de "Las mujeres de Argel" a partir del cuadro de Delacroix y en las diversas versiones en torno a las dos mujeres desnudas que traslucen una afinidad manifiesta con la pintura del Renacimiento.
8. La vida desbordada
La experiencia de la Guerra Civil Española vivida desde Francia y de la Segunda Guerra Mundial, padecida bajo la Ocupación, condujo a Pîcasso a la eclosión de un vitalismo, de una reivindicación del hedonismo, que ya no le abandonaría. En sus décadas finales, su obra será una exaltación de la vida, de la que son testimonio los grabados de 1966, a sus 85 años, y 1971, a los 90, en los que hay abigarramiento, libertad, gozo, insinuación y provocación.
9. Musas
Cierra la exposición una doble galería de retratos de dos mujeres que fueron las últimas compañera, las últimas musas, de Picasso. Françoise Gilot, pintora, será sinuosidad y calma y tentación. Madre de los dos últimos hijos del artista, Claude (1947) y Paloma (1949), será sucedida por la que será su segunda, y definitiva, esposa. Jacqueline Roque comparece en su obra gráfica con un grabado, el retrato de Madame X, en un momento en que prefería ocultar su identidad y que posee una confesa afinidad con los modos del retrato renacentista y que se mantiene en el resto de grabados en los que Jacqueline será la serenidad mostrada de perfil.
PABLO PICASSO
(Málaga, 1881 - Moulins, Francia, 1973)
Pablo Ruiz Picasso, era hijo del también artista José Ruiz Blasco. En 1895 se trasladó con su familia a Barcelona, donde el joven pintor se rodeó de un grupo de artistas y literatos, entre los que cabe citar a los pintores Ramón Casas y Santiago Rusiñol, con quienes acostumbraba reunirse en el bar Els Quatre Gats.

Entre 1901 y 1904 Pablo Picasso alternó su residencia entre Madrid, Barcelona y París, mientras su pintura entró en la etapa denominada periodo azul, fuertemente influida por el simbolismo. En la primavera de 1904, Picasso decidió trasladarse definitivamente a París y establecerse en un estudio en las riberas del Sena. En la capital francesa trabó amistad, entre otros, con los poetas Guillaume Apollinaire y Max Jacob y el dramaturgo André Salmon; entre tanto, su pintura experimentó una nueva evolución, caracterizada por una paleta cromática tendente a los colores tierra y rosa. Al poco de llegar a París entró en contacto con personalidades periféricas del mundillo artístico y bohemio, como los estadounidenses Leo y Gertrude Stein, o el que sería su marchante por siempre, Daniel-Henry Kahnweiler.

Hacia finales de 1906 Pablo Picasso empezó a trabajar en una composición de gran formato que iba a cambiar el curso del arte del siglo XX: Les demoiselles d'Avignon. En esta obra cumbre confluyeron numerosas influencias, entre las que cabe citar como principales el arte africano e ibérico y elementos tomados del Greco y Cézanne. Bajo la constante influencia de este último, y en compañía de otro joven pintor, Georges Braque, Pablo Picasso se adentró en una revisión de buena parte de la herencia plástica vigente desde el Renacimiento, especialmente en el ámbito de la representación pictórica del volumen: fue el inicio del cubismo.

A partir de 1909, Picasso y Braque desarrollaron dicho estilo en una primera fase denominada analítica. En 1912 introdujeron un elemento de flexibilidad en forma de recortes de papel y otros materiales directamente aplicados sobre el lienzo, técnica que denominaron collage. La admisión en el exclusivo círculo del cubismo del pintor español Juan Gris desembocó en la etapa sintética de dicho estilo, marcado por una gama cromática más rica y la multiplicidad matérica y referencial.

Entre 1915 y mediados de la década de 1920 Picasso fue abandonando los rigores del cubismo para adentrarse en una nueva etapa figurativista, en el marco de un reencuentro entre clasicismo y el creciente influjo de lo que el artista denominó sus «orígenes mediterráneos». Casado desde 1919 con la bailarina rusa Olga Koklova y padre ya de un hijo, Paulo, Pablo Picasso empezó a interesarse por la escultura a raíz de su encuentro en 1928 con el artista catalán Julio González; entre ambos introdujeron importantes innovaciones, como el empleo de hierro forjado.

En 1935 nacería una hija, Maya, de una nueva relación sentimental, Marie-Therèse, con quien Pablo Picasso convivió abiertamente a pesar de seguir casado con Olga Koklova; a partir de 1936, ambas debieron compartir al pintor con una tercera mujer, la fotógrafa Dora Maar.

El estallido de la guerra civil española lo empujó a una mayor concienciación política, fruto de la cual es una de sus obras más conocidas, el mural de gran tamaño Gernika. En 1943 conoció a Françoise Gilot, con la que tendría dos hijos, Claude y Paloma. Tres años más tarde Pablo Picasso abandonó París para instalarse en Antibes, donde incorporó la cerámica a sus soportes predilectos.

En la década de 1950 realizó numerosas series sobre grandes obras clásicas de la pintura, que reinterpretó a modo de homenaje. En 1961 Pablo Picasso contrajo segundas nupcias con Jacqueline Roque; sería su última relación sentimental de importancia. Convertido ya en una leyenda en vida y en el epítome de la vanguardia, el artista y Jacqueline se retiraron al castillo de Vouvenargues, donde el creador continuó trabajando incansable.
La Fundación Pablo Ruiz Picasso
La Fundación está articulada a través de un triple eje, constituido por un Centro de Documentación de carácter internacional especializado en Picasso, la organización de actividades pluridisciplinares encaminadas a la difusión del arte contemporáneo tomando a la figura del artista como referencia alrededor de la que giren las actuaciones, y el Museo-Casa Natal que le da razón de ser y la convierte en elemento turístico de primer orden mundial.

En sus primeros veinte años de vida, la Fundación ha organizado más de 100 exposiciones de arte, celebrado más de un 150 conferencias sobre Picasso y la creación contemporánea a cargo de especialistas nacionales e internacionales, impartido 150 conferencias didácticas acerca del artista malagueño en centros docentes y colectivos ciudadanos de Málaga, publicado catálogos y libros que han sobrepasado la cantidad de 100 volúmenes, convocado catorce ediciones de la Beca Pablo Ruiz Picasso para las Artes Plásticas, celebrado siete ediciones del Aula Picasso que constituye el curso monográfico sobre Picasso más especializado en el ámbito internacional, y organizado, coincidiendo cada año con el aniversario del nacimiento de Picasso, veintidos Octubres Picassianos, en los que se ofrece un rico y variado abanico de actividades culturales enfocadas en Picasso y lo picassiano.

Cuando la Fundación Pablo Ruiz Picasso abrió sus puertas al público en 1988, no poseía en ese momento obras de arte ni formar una colección entraba dentro de sus prioridades. Sin embargo, durante los veinte años de su existencia, la Fundación Pablo Ruiz Picasso ha conseguido reunir una colección de obras de arte compuesta por más de cuatro mil piezas de más de 200 artistas diferentes. Buscar los orígenes de esta colección es seguir la historia de la propia Fundación.

El hecho de estar ubicada en la Casa Natal de Pablo Picasso ha propiciado que personas íntimamente ligadas al artista muestren sus simpatías hacia la institución, demostrándolo a través de donaciones artísticas; es el caso de Marina Picasso, nieta del pintor, quién un año después de la apertura pública de la Casa Natal, donó la carpeta de grabados originales de Picasso "Sueño y mentira de Franco", aguafuerte y aguatinta, 1937, donde la ironía y la crítica mordaz se dan la mano junto a una iconografía que presagia al emblemático Guernica. En este misma línea, una de las donaciones, sin lugar a dudas, pieza clave de la colección es la de Christine Picasso, nuera del artista, quien en una de sus primeras visitas a Málaga, en octubre de 1992, y pensando ya, probablemente, en un futuro museo en nuestra ciudad, trajo consigo diez libros ilustrados con obra gráfica original. Esta es una colección magnífica que ilustra a la perfección la maestría de Picasso en las diferentes técnicas del grabado y su acercamiento al mundo de la literatura.
El recorrido por la obra gráfica de Picasso queda ampliado con sucesivas adquisiciones, con las que se pretende ofrecer al público una visión general de las diversas épocas, estilos y técnicas del artista malagueño a través de una importante colección de obra gráfica realizada por Picasso entre 1905 y 1971 que va creciendo año tras año hasta convertirse en una de las más completas y variadas del ámbito nacional. Junto a esta diversidad de grabados, que suponen varios centenares de piezas, debe destacarse una interesante selección de cerámicas, en la que aparecen los temas preferidos por el artista. Asimismo, la Fundación posee algunas piezas de carácter sentimental relacionadas con la biografía del artista, donadas por los hijos de su hermana, la familia Vilató  Pero, sin duda alguna, la joya de las colecciones artísticas de la Fundación es el cuaderno nQ 7 de bocetos realizados por Picasso como preparación para su obra maestra de 1907: Las señoritas de Avignon. El cuaderno número 7 es uno de los 16 cuadernos y varios bocetos individuales que Picasso realizó como trabajo preparatorio para el lienzo que dio origen al cubismo. En sus 60 hojas de papel blanco rayado el artista realizó en París, entre mayo y junio de 1907, un total de 84 dibujos para los que utilizó tinta china, lápiz grafito y gouache rojo. Los temas de estos dibujos, con abundantes variantes, son perfiles de animales, entre los que destaca un águila que preside la portada y las primeras hojas, desnudos femeninos que van siguiendo un creciente proceso de esquematización asimilando las figuras a los modelos del arte africano, castellers catalanes en la que es la única presencia conocida de este elemento en el corpus picassiano, apuntes de naturalezas muertas con tratamiento protocubista y un retrato de Raimonde, la niña que adoptó temporalmente en compañía de Fernande Olivier





No hay comentarios:

Publicar un comentario